sábado, 29 de diciembre de 2012


  ORACIÓN DE FE
Ahora bien, sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y recompensa a los que le buscan (Hebreos 11:6)   .   Y esta es la confianza plena que tenemos en él:   Que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha. Y si sabemos que nos escucha cuanto le pedimos, sabemos que tenemos conseguido lo que hayamos pedido. (1 Juan 5:14) 
Señor, hoy quiero orar agradeciéndote por todo lo que has hecho por mí, por todo lo que tú haces por mí, por mi familia y por mis bienes. Gracias por que Tú has puesto un escudo de protección (Job1:10), sobre mi matrimonio, sobre mi cónyuge, sobre mis hijos, y has prometido que todos mis hijos serán tus discípulos y será grande la dicha de mis hijos (Is 54:13).
Gracias Padre Celestial, porque soy bendito en la ciudad y en el campo, gracias porque es bendito el fruto de mi vientre, es bendita mi alacena y mis bodegas, gracias porque soy bendito cuando entro y salgo, cuando viajo o en casa, en el negocio o en la oficina, siempre tu bendición está conmigo. A los enemigos que se levanten contra mí, tu Señor los convertirás en vencidos. (Det.28)
Gracias Señor Jesús porque tú has ordenado que la bendición este conmigo, en mis graneros y en mis empresas, gracias porque me haces rebosar de bienes, gracias porque has abierto para mí de los cielos, tu rico tesoro para bendecir todas mis actividades, gracias porque tú me pones por cabeza y no por cola, siempre estaré encima y no sometido (Det.28).
Gracias Señor Jesús porque tú me has liberado de todo tipo de esclavitud: espiritual, emocional, afectiva, económica, financiera, social, de todo vicio, de toda maldición, de toda brujería, yo soy libre en el Nombre de Jesús por el poder del Espíritu Santo y por la sangre que tú has derramado sobre mí en la cruz del calvario, y, yo la proclamo sobre todo mi ser: cuerpo, alma y espíritu.(Jn.8:36)
Gracias Espíritu Santo porque no hay sortilegio que valga sobre mí (Núm. 23:23), y ningún poder del enemigo me puede hacer daño, (Lucas 10:19), gracias porque estoy bendecido con toda clase de bendiciones espirituales (Efe.1:3), y he sido trasladado del reino de las tinieblas al Reino de tu Hijo Jesucristo, donde tengo el perdón de los pecados y donde se vive el amor.
Señor Jesús te proclamo Rey de Reyes y Señor de Señores, (Ap.19:16), de mi vida, de mi alma, de mi mente, voluntad, sentimientos, emociones, en mi corazón, en mis recuerdos, historia. Te entrego a mis padres, te ruego que vivan siempre en tu presencia, te entrego a mi cónyuge, que siempre haga tu voluntad, te entrego a mis hijos, que te conozcan y vayan por las sendas de tus mandamientos.
Gracias Espíritu Santo, porque tú vas conmigo, siempre me guías, tu estas a mi derecha y siento tu presencia, por eso no temo y no tengo miedo: Tú has dicho: Yo estoy contigo (Is.54:11) y Tú vas conmigo (Sal.23:4), además, estoy tranquilo porque has dicho: Yo te ayudo (Is 43:5) y me has redimido del poder del demonio, del mundo y del pecado (2Cor12:10), y tomas mis debilidades y me sostienes.
Gracias Padre Celestial porque Tú has dicho que te glorificas en mi debilidades (Sal.34:22, Jn. 7:38) y que cuando soy débil, Tú eres fuerte en mí. Gracias Dios mío porque tú me consuelas de todas mis tristezas, (Sal.27:1-3), Tú, Padre Celestial sanas todas mis heridas emocionales, mentales, (Sal.103:2) sanas mi sangre, sanas mi medula ósea, sanas mi cerebro, sanas todas mis glándulas, sanas mis huesos, y lo haces por los meritos de las llagas de Jesús, porque tu santa palabra dice que por sus llagas hemos sido curados, (Is. 53:5; 1Ped. 2:24), porque con amor eterno me has amado.
ORACIÓN DE FE (2)
Gracias Espíritu Santo, porque yo soy la niña de tus ojos (Sal.17:8), y quien se mete conmigo y quien me ataca, te ataca a ti, porque tú eres mi Paráclito, mi protector poderoso y victorioso, y tengo paz. Me pides que tenga animo, mucho ánimo, que en el mundo tendré tribulaciones, pero que Tú has vencido al mundo (Jn.16:33) y que nada ni nadie me pueden separar de tu Amor (Rom.8:39).
Señor Jesús, yo te agradezco por mi familia, porque has preparado en el cielo un lugar para cada uno de nosotros (Jn 14:2),  para que allá todos nos reencontremos felices, sabiendo que no habrá más dolor, ni llanto, ni tristezas, sino que tú enjugaras todas nuestras lagrimas (Apo.21:4).
Señor Jesús, te amo, todo esto tu lo pagaste en la cruz del calvario por mí (Col.2:14), porque me quieres, porque quieres que yo sea feliz, que tenga vida y vida en abundancia (Jn.10:10), porque soy tu hermano, coheredero contigo y heredero del cielo, porque pagaste el cielo para mí, gracias Jesús.
Dios Espíritu Santo, te quiero pedir algo más, te pido un corazón nuevo (Ez36:26), una mente nueva, para concebir pensamientos dignos de tus dones (Sab.7:15), para tener los mismos sentimientos que tienes tu (Fil.2:5), para agradarte en todo, quiero odiar el pecado (Sal.119:113) y amar al pecador.
Señor Jesús quiero que Tú gobiernes mi vida, te pido que pongas un guardia en la puerta de mis labios (sal.141:3) para que mis palabras hagan bien al que me escucha y te agraden a ti.  Rompo con toda contaminación de las tinieblas por el poder de tu Sangre Preciosa Señor Jesús, camino en tu Luz y tu Sangre me purifica de toda injusticia (1Jn1:9), y me purificas de toda iniquidad y pecado.
Gracias Padre celestial porque tú me bendices verdaderamente (1Cro.4:1),,  extiendes mis límites, tienes puesta sobre mí tu mano y te pido que alejes de mi vida, de la de mi familia y de todos mis bienes el mal y la calamidad para no padecer aflicción.
Yo perdono en tu Nombre Jesús a mis enemigos, a los que me calumnian, a los que me caen mal, a los que han robado mi alegría, a los que me han robado mis bienes y mí prosperidad. Gracias Señor porque tú me devuelves el doble de todo lo que me han robado (Job.42:10), porque eres fiel, me amas y eres mi Dios protector y todo me lo das magnifica y  generosamente (Heb.11:6).
Sáname Jesús de hablar sin control (Eclo.23:1), toma Tú, todo mi ser y llévame por la senda de tu voluntad, de tus consolaciones, de tu alegría.  Haz que me guste lo que te gusta a Ti, Haz que quiera, lo que quieres Tú. Haz que ame lo que amas tú. Señor Jesús toma mi corazón, soy tuyo siempre.  Enséñame a cumplir tu voluntad, porque tú eres mi Dios (Sal.143:10)
Dios Santo, Fuerte, Inmortal, revísteme de tu armadura, (Ef.6:12) de la espada del Espíritu, que es tu Santa Palabra, de la coraza de la justicia, del yelmo de la salvación, con el cinturón de la verdad, del celo por la evangelización y del escudo de la fe para apagar los encendidos dardos del maligno.
Padre Celestial, te pido que me revistas de poder (Ef.3:14) en mi ser interior por la acción de tu Santo Espíritu, que Jesucristo viva en mi corazón por medio de la fe para comprender tu amor, que excede todo conocimiento, que sean abiertos mis ojos espirituales para conocer tu Santa Voluntad.
A Ti, Dios Uno y Trino, que haces todas las cosas incomparablemente mejor de lo que puedo pedir o pensar (Ef.3:20), a Ti sea la Gloria, por todos los siglos y todos los tiempos en Cristo Jesús. Amén.
Madre Santísima Virgen María, a tu amor me acojo y bajo tu mirada busco refugio para estar siempre en la voluntad perfecta de Dios y aprender de ti a decir contigo:
Hágase en  mí según tu Palabra. Gracias. (Rezar 3 Ave Marías).
Todo lo pido humildemente en el Nombre de Jesús. Amén.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

martes, 4 de diciembre de 2012


¿SEGUIMOS A CRISTO?
Por Hector Yepez Director MFC Guayaquil
Quiero en este espacio referirme al análisis que uno debe hacerse de sí mismo al momento de evaluar su posición con respecto a Cristo Jesús: ¿creyente, discípulo, siervo o amigo?
¿Quées ser un discípulo?  Aquel que se pone voluntariamente bajo la guía de un maestro, este es un discípulo.
Es indispensable que el creyente, cristiano católico, se ubique en este cuestionamiento, momento por demás conocido para todas las personas en la historia de la Iglesia y por supuesto en las Sagradas Escrituras.
Todos, en algún momento de su historia, nos vemos confrontados ante la pregunta, ser o no ser, en este contexto lo que creamos nos va a interpelar profundamente, y al cristiano mucho más aún.¿Por qué?Porque la historia de nuestros pecados nos va a llevar necesariamente a un encuentro con aquel que le dijo a la samaritana: “Si túsupieras quién es el que te dice dame de beber, túle pedirías a él y él te daría agua viva“.Ytambién, el día más importante de la fiesta, Jesús puesto en pie grito: “si alguno tiene sed que venga a mí, el que cree en mí, como dice la escritura, de su interior correrán ríos de agua viva“.
Esta opción es la que nos lleva no a seguir una doctrina, sino a seguir a una persona: este es Jesús, quien al tomarnos como seguidores —esto es, discípulos—, nos encaminahacia la vida en el Espíritu. Esta vida en la que el creyente por decisión obediente pasa a ser guiado por el Espíritu Santo, es la única forma de vida que realmente da gloria a Dios. Jesús dijo que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y verdad, que así son los adoradores que el Padre busca, y también que la gloria de mi Padre esta en que seáis mis discípulos y llevéis mucho fruto.
Siendo este el presupuesto que Cristo establece para los que creen en él, incluso va más allá cuando claramente dice: “Si alguno quiere venir en pos de mi, tome su cruz cada día y sígame, porque el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mi, la encontrara”. Y también dice: “el que no esta conmigo, está contra míy el que no recoge, desparrama”.
Esta posición inflexible de Jesús nos orilla a un cuestionamiento mayor. Ya Tomás le pregunto: ¿cómo podemos saber el camino?.Y Jesús respondió:“Yo soy el Camino, la Verdad, y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí”.
En estos tiempos que vivimos, donde el relativismo, el individualismo, el racionalismo, el consumismo, el hedonismo y todos los otros ismos, nos invaden y desestructuran al creyente y lo rediseñan para vivir un cristianismo falso, humanista y transigente con un sabor a “respetos humanos”, donde la verdad no importa, sino solamente ser “bueno” dentro de una moral totalmente relativa,  donde la doctrina que se expone a los fieles se ve algunas veces sincretista, y otras tergiversada, esto es “no importa lo que creas, basta con que seas espiritual y vivas dentro de la buenas energías y viviendo el “amor”, donde, además la familia se ve atacada en su real identidad, llamando familia a cualquier cosa que reúna a dos o mas personas, y la lista sería interminable en cuanto a los caminos erráticos que se le brindan no solo a la persona de hoy sino también al creyente, tenemos necesariamente que volver la vista a Jesús que también nos dice: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas”.
Él no es un iluminado como se le decía a Buda.Jesús es la Luz.No es un moralista como otros muchos, no es un defensor de los derechos humanos, no es un revolucionario para imponer un nuevo orden social, no, Jesús es Dios encarnado, es la palabra hecha carne en el vientre sin mancha de la Virgen María,es el que lo hizo todo de la nada, ya que todo fue creado por el y para él y todo tiene en él su consistencia. Él es la solución a toda existencia y la Luz para todapersona y el único camino por el que podemos y debemos transitar.Por eso debemos fijar nuestros ojos en él que es quien inicia y consuma la fe. ¿Qué nos pide Jesús? Que lo sigamos  y guardemos su palabra, ya nos lo dice en el evangelio: “Si alguno me ama, mi palabra guardará y mi padre le amará y vendremos a el, y haremos en él morada.”
Usted y yo, estimado(a) amigo(a), ¿somos discípulos de Jesús?, ¿Él es nuestro Señor? Realmente ¿obedecemos su Palabra? ¿Opodría ser que nos veamos interpelados por el propio Cristo que dijo: “ay de vosotros cuando todos hablen bien de ustedes porque así trataban vuestros padres a los falsos profetas”?
La ruta estápuesta, el camino está trazado y se trata de llevar a Jesús en nuestros corazones manteniendo una conciencia recta, una fe sincera y un corazón limpio, que es la fuente de donde procede el verdadero amor.
Una conciencia recta no solo es moral, sino también una conciencia que nos permite pensar rectamente de Dios y que nos hace concebir pensamientos dignos de sus dones, con criterios iluminados por la fe, siendo esta una fe viva, más allá de una fe racional, critica y que no convierte a nadie,sino una fe fuerte y llena de convicción que pueda incluso trasladar montañas yun corazón nuevo que nos permita ser transformadospor la gracia del Espíritu Santo en vasos de misericordia para todos los que nos rodean, creyentes y no creyentes,y no en surtidores de sentencias morales que descalifican a todos con los que no estamos de acuerdo, que acostumbran apagar la mecha humeante y rompen la caña quebrada.
Dios, que hace todas las cosas nuevas, y llama a los que no son para que sean,nos dé la gracia de tener mentes sensatas donde habite la sabiduría, manos diligentes que siembren en el amor, que nos haga ser prudentes administradores de sus gracias, astutos como serpientes y mansos como palomas, que llevemos su yugo sobre nosotros y que podamos aprender de Él que es manso y humilde de corazón, que sembremos la justicia en la verdad para cosechar el fruto de la paz y llevemos su luz por dondequiera que caminemos.
El,que es Padre de la luces y hace salir su sol sobre buenos y malos nos concederá todas las cosas incomparablemente mejor de lo que podemos pedir o pensar conforme a sus riquezas en Cristo Jesús, de manera que así podamos, siendo discípulos, vivir de una manera digna del Evangelio que hemos recibido.
Gracias por su tiempo, y muchas bendiciones a usted y su familia.