jueves, 27 de junio de 2013

LA FE EN EL MUNDO HOY






Al abordar el tema de la fe, debemos ir hacia el concepto que aclare, que es la fe y que no lo es. Podemos buscar en algunas fuentes la respuesta, pero siempre el Espíritu Santo es el mejor Maestro y El nos lleva a la verdad completa. “La fe es la certeza de lo que se espera y la prueba de las realidades que no se ven”. Se abre un claro vinculo entre la fe y la esperanza, la fe es la certeza, sinónimos serían la seguridad, carencia de duda. Esta certidumbre de recibir lo que se espera, nos lleva al planteamiento de ¿qué es lo que esperamos? Evidentemente, la fe tiene objetivo y es recibir aquello que me ofrecen.
Bien, parecería que esto es suficiente, pero ser consciente de qué estoy esperando nos lleva a buscar información al respecto. Podríamos construir una lista, algunos mencionan mas de 7000 promesas de Dios, esperamos la salvación, tener la vida abundante que Jesús ofrece en Juan 10,10; la resurrección de entre los muertos, la vida eterna, etc. Bienes preciosos que Dios nos ha ofrecido a los que vivimos según la revelación dada por Dios de la que nuestra Iglesia es depositaria. Muchas veces confundimos fe con simplemente creer, otras veces con superstición, otras mas con pensamiento positivo; y es que, la fe tiene sustento y este es la Palabra de Dios, mas conocida como la Biblia. La fe me lleva a no solo creer en Dios sino a creerle a Dios, planteamiento que la epístola de Santiago, primer obispo de Jerusalén nos presenta de esta forma: ¿Tú crees en Dios? Haces bien, los demonios también creen y tiemblan. Podemos preguntarnos, ¿acaso los demonios tienen fe? Imposible, la fe es un don de Dios y es un regalo inmerecido que recibimos los hombres por los méritos de Jesucristo. ¿Porque Santiago hace este planteamiento?, y es que la fe es algo que va mucho mas allá de lo que pienso y de lo que siento, la fe esta vinculada ciertamente a mis creencias y estas sustentan nuestras decisiones e incluso el estilo de vida que planteamos tener, por eso dice “muéstrame tu fe sin obras que yo te mostrare por la obras mi fe”.
La fe necesariamente me va a llevar a interactuar en consonancia y obediencia a Jesús. Nosotros entonces pasamos a decir con el apóstol, ¡Señor auméntanos la fe! , y si, necesitamos fe, aunque debemos ser claros, todos recibimos una medida de fe, esta medida de fe debe ser utilizada para obrar en obediencia a Dios, por que la fe es creerle a Dios, creer en Jesucristo que es quien inicia y consuma la fe y entonces debemos andar en sus mandamientos.
Quisiera me permita traer una pregunta de nuestro Señor en el evangelio de Lucas 18,8:
“Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?
Esta pregunta debe cuestionarnos, ¿por qué la hace Jesús a sus discípulos?, ¿es importante el contexto en que la realiza? Ciertamente, hay una parábola antes y otra después, la primera es la de la viuda inoportuna y el juez inicuo en que el Señor les inculca la necesidad de orar siempre sin desfallecer, y la siguiente es la parábola dirigida a las personas que se tienen por justas y desprecian a los demás. El Señor inserta esta pregunta entre las dos parábolas, ¿cuál es el sentido?
El Señor nos plantea a cada uno de nosotros esa pregunta, ¿usted, tiene fe? ¿en que se sustenta?...Pero, entonces, la fe ¿crece?, cual es el alimento que hace crecer mi fe: la Palabra de Dios, dice la escritura que la fe viene por el oír y el oír de la predicación de la Palabra de Dios. Es incompleta la gestión del predicador si su palabra no alimenta, sana y fortalece el corazón de quien lo escuche.
La fe si, es un acto racional, esto es del entendimiento, pero también es un hecho integral, abarca todo nuestro ser, de ahí que la escritura dice que hay que creer con el corazón. Que con el corazón se cree para justicia y que con la boca se confiesa para salvación.
Entonces, ¿la fe en el mundo de hoy, es posible? Mas que nunca, aunque estemos rodeados de relativismo, aunque la superstición confunda al creyente, aunque el sincretismo este infestando a los fieles, sabemos que Jesús es el que inicia y consuma la fe. Confiemos en El, en Su amor, en Sus promesas, en su propósito, y corramos la carrera, carrera de fe, vivamos en la verdad, que se sustenta en la fe y luchemos por un mundo donde creer en Jesús no sea la excepción sino un reto esperanzador, donde creer en Jesús nos devuelva el sentido y propósito de vivir, vivir, creer y caminar construyendo una civilización de la verdad, una familia de fe y un mañana mejor, porque con Cristo todo es posible. Gracias. Bendiciones
Héctor Yépez F.

Presidente MFC Guayaquil

jueves, 6 de junio de 2013

EL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA HOY


Algunos lo llaman el gran desconocido, incluso el sacerdote dominico de feliz memoria Antonio Royo Marín en la BAC, escribió un libro sobre el Espíritu Santo con ese titulo que es de gran valor para entender su acción.
Pero, el titulo de este articulo es una afirmación, afirmación que se orienta a percibir, ver, encontrar y por cierto, vivir la experiencia de conocer a esta persona maravillosa que es Dios y que es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.
Podríamos escribir y conversar mucho sobre quien es el Espíritu Santo o que es lo que El hace, como actúa en la iglesia, en el creyente y  ciertamente no terminaríamos, pues entender que la Iglesia es gobernada por el ES, implica una observancia a su accionar, tan versátil que nos sorprendería.
Escribir de la acción del Espíritu Santo es también mencionar la multiforme gracia de Dios, El suscita pastores según su corazón que nos den pasto de conocimiento y prudencia, por conocimiento no me refiero solo al desarrollo teológico sino también a esa intimidad que Dios busca tener con el hombre en general y con el creyente en particular, relación que busca hacer del hombre un creyente y de este un discípulo de Jesús, porque el ES tiene por objeto “reproducir en el fiel la imagen del Hijo”, el trabaja incansablemente por desarrollar la fe en el corazón del creyente para que este viva esa transformación que la carta a los romanos menciona como metamorfosis de tal manera que este adquiera la mente de Cristo y tenga los mismos sentimientos que Jesús.
Es pertinente mencionar los dones, frutos, virtudes, carismas, gracias, etc. Que nuestro Dios el ES da al fiel, El lo hace hijo de Dios por medio del bautismo y lo conduce de tal manera que la escritura menciona que todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios, y que no hemos recibido un espíritu de temor sino de fortaleza, de dominio propio y de amor.
Hoy la acción del ES en la Iglesia es de una riqueza extraordinaria, nos presenta a la Virgen María, su esposa como Madre nuestra y como la principal intercesora después de Jesús, nuestro Sumo Sacerdote que intercede por nosotros en todo tiempo, levanta siervos de Dios en todos los ordenes, dentro de los ministerios jerárquicos, de los ministerios carismáticos, de los ministerios de servicio y es quien convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
El fiel esta llamado a vivir de continuo una renovación de la presencia del ES en su vida, ya lo decía el ES por medio del apóstol Pablo a su hijo espiritual Timoteo, obispo de Éfeso, “por eso te recomiendo que reavives el carisma de Dios que esta en ti por medio de la imposición de mis manos”, se refiere acaso al bautismo del ES y fuego, pensaría que si, Juan el Bautista menciono que Jesús bautiza con ES y fuego, así entendemos a los santos en nuestra Iglesia, personas llenas de fe, poder, humildad y verdad que como Jesús pasan haciendo el bien y deshaciendo las obras del diablo, no solo en el ámbito de los exorcistas sino también en la predicación sacando a los hombres del error y conduciéndolos a la Verdad que es Jesús, también estos están marcados por las obras de misericordia, con la luz del evangelio, sin la cual como dice el Papa Francisco, no seríamos mas que una eficaz ONG,  también hace a los creyentes la sal de la tierra, en el ámbito de la política, de la investigación, de la economía, etc. porque es El, el ES quien da a los hombres esa sabiduría que puesta al servicio del prójimo produce el bien, no el mal y que iluminando la conciencia humana, nos conduce a una cultura de la vida y contra una cultura de la muerte, El nos lleva a gritar: ¡no mataras! Y pone a sus hijos contra el aborto, El nos lleva a vivir en su orden de tal manera que declaramos la guerra al pecado, que como virus contamina al hombre y a las sociedades.
El ES también lleva continuamente a los que somos la Iglesia a redescubrir la riqueza de la Palabra de Dios, allí, debemos como dice San Jerónimo entender que el que no conoce la escritura no conoce a Cristo, así mismo renueva a la Iglesia por medio del ministerio de sus apóstoles.
Durante toda la vida de la Iglesia el busca almas santas en las cuales vivir y así hacer de estos creyentes obedientes siervos de Dios. Nos alegramos de ver esa obra maravillosa al leer lo escrito por la apóstol de la Misericordia Sor Faustina o escrutar la enseñanza ignaciana en cuanto al discernimiento espiritual tan olvidado hoy, o leer a Teresa de Jesús que nos indica la sendas para ir por las moradas que nos llevan al Monte de Dios. Pero estos temas maravillosos ¿son para nosotros? Si, la llamada es para todos por eso mediante la acción del ES debemos añadir a nuestra fe, la virtud, a la virtud, conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia, a la paciencia la piedad, a la piedad el amor fraterno y al amor fraterno la caridad, pues como dice el ES, quien no tenga estas cosas, es ciego y corto de vista. Pidamos al Padre que nos de el ES, pero pidamos sin dudar y superando cualquier miedo que paraliza al creyente, y cualquier forma de incredulidad que desagrada a Dios, y el nos dará sus gracias para vivir cumpliendo sus mandamientos, recibir sus promesas y ser una bendición.
Hector Yepez F.
Presidente MFC Guayaquil