LA FE EN EL MUNDO HOY
Al
abordar el tema de la fe, debemos ir hacia el concepto que aclare, que es la fe
y que no lo es. Podemos buscar en algunas fuentes la respuesta, pero siempre el
Espíritu Santo es el mejor Maestro y El nos lleva a la verdad completa. “La fe
es la certeza de lo que se espera y la prueba de las realidades que no se ven”.
Se abre un claro vinculo entre la fe y la esperanza, la fe es la certeza,
sinónimos serían la seguridad, carencia de duda. Esta certidumbre de recibir lo
que se espera, nos lleva al planteamiento de ¿qué es lo que esperamos?
Evidentemente, la fe tiene objetivo y es recibir aquello que me ofrecen.
Bien,
parecería que esto es suficiente, pero ser consciente de qué estoy esperando
nos lleva a buscar información al respecto. Podríamos construir una lista,
algunos mencionan mas de 7000 promesas de Dios, esperamos la salvación, tener
la vida abundante que Jesús ofrece en Juan 10,10; la resurrección de entre los
muertos, la vida eterna, etc. Bienes preciosos que Dios nos ha ofrecido a los
que vivimos según la revelación dada por Dios de la que nuestra Iglesia es
depositaria. Muchas veces confundimos fe con simplemente creer, otras veces con
superstición, otras mas con pensamiento positivo; y es que, la fe tiene
sustento y este es la Palabra de Dios, mas conocida como la Biblia. La fe me
lleva a no solo creer en Dios sino a creerle a Dios, planteamiento que la
epístola de Santiago, primer obispo de Jerusalén nos presenta de esta forma: ¿Tú
crees en Dios? Haces bien, los demonios también creen y tiemblan. Podemos
preguntarnos, ¿acaso los demonios tienen fe? Imposible, la fe es un don de Dios
y es un regalo inmerecido que recibimos los hombres por los méritos de
Jesucristo. ¿Porque Santiago hace este planteamiento?, y es que la fe es algo
que va mucho mas allá de lo que pienso y de lo que siento, la fe esta vinculada
ciertamente a mis creencias y estas sustentan nuestras decisiones e incluso el
estilo de vida que planteamos tener, por eso dice “muéstrame tu fe sin obras
que yo te mostrare por la obras mi fe”.
La fe
necesariamente me va a llevar a interactuar en consonancia y obediencia a
Jesús. Nosotros entonces pasamos a decir con el
apóstol, ¡Señor auméntanos la fe! , y si, necesitamos fe, aunque debemos ser
claros, todos recibimos una medida de fe, esta medida de fe debe ser utilizada
para obrar en obediencia a Dios, por que la fe es creerle a Dios, creer en
Jesucristo que es quien inicia y consuma la fe y entonces debemos andar en sus
mandamientos.
Quisiera
me permita traer una pregunta de nuestro Señor en el evangelio de Lucas 18,8:
“Pero,
cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?
Esta
pregunta debe cuestionarnos, ¿por qué la hace Jesús a sus discípulos?, ¿es
importante el contexto en que la realiza? Ciertamente, hay una parábola antes y
otra después, la primera es la de la viuda inoportuna y el juez inicuo en que
el Señor les inculca la necesidad de orar siempre sin desfallecer, y la
siguiente es la parábola dirigida a las personas que se tienen por justas y desprecian
a los demás. El Señor inserta esta pregunta entre las dos parábolas, ¿cuál es
el sentido?
El Señor
nos plantea a cada uno de nosotros esa pregunta, ¿usted, tiene fe? ¿en que se
sustenta?...Pero, entonces, la fe ¿crece?, cual es el alimento que hace crecer
mi fe: la Palabra de Dios, dice la escritura que la fe viene por el oír y el oír
de la predicación de la Palabra de Dios. Es incompleta la gestión del predicador
si su palabra no alimenta, sana y fortalece el corazón de quien lo escuche.
La fe
si, es un acto racional, esto es del entendimiento, pero también es un hecho
integral, abarca todo nuestro ser, de ahí que la escritura dice que hay que
creer con el corazón. Que con el corazón se cree para justicia y que con la
boca se confiesa para salvación.
Entonces,
¿la fe en el mundo de hoy, es posible? Mas que nunca, aunque estemos rodeados
de relativismo, aunque la superstición confunda al creyente, aunque el
sincretismo este infestando a los fieles, sabemos que Jesús es el que inicia y
consuma la fe. Confiemos en El, en Su amor, en Sus promesas, en su propósito, y
corramos la carrera, carrera de fe, vivamos en la verdad, que se sustenta en la
fe y luchemos por un mundo donde creer en Jesús no sea la excepción sino un
reto esperanzador, donde creer en Jesús nos devuelva el sentido y propósito de
vivir, vivir, creer y caminar construyendo una civilización de la verdad, una
familia de fe y un mañana mejor, porque con Cristo todo es posible. Gracias.
Bendiciones
Héctor
Yépez F.
Presidente
MFC Guayaquil
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