jueves, 6 de junio de 2013

EL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA HOY


Algunos lo llaman el gran desconocido, incluso el sacerdote dominico de feliz memoria Antonio Royo Marín en la BAC, escribió un libro sobre el Espíritu Santo con ese titulo que es de gran valor para entender su acción.
Pero, el titulo de este articulo es una afirmación, afirmación que se orienta a percibir, ver, encontrar y por cierto, vivir la experiencia de conocer a esta persona maravillosa que es Dios y que es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.
Podríamos escribir y conversar mucho sobre quien es el Espíritu Santo o que es lo que El hace, como actúa en la iglesia, en el creyente y  ciertamente no terminaríamos, pues entender que la Iglesia es gobernada por el ES, implica una observancia a su accionar, tan versátil que nos sorprendería.
Escribir de la acción del Espíritu Santo es también mencionar la multiforme gracia de Dios, El suscita pastores según su corazón que nos den pasto de conocimiento y prudencia, por conocimiento no me refiero solo al desarrollo teológico sino también a esa intimidad que Dios busca tener con el hombre en general y con el creyente en particular, relación que busca hacer del hombre un creyente y de este un discípulo de Jesús, porque el ES tiene por objeto “reproducir en el fiel la imagen del Hijo”, el trabaja incansablemente por desarrollar la fe en el corazón del creyente para que este viva esa transformación que la carta a los romanos menciona como metamorfosis de tal manera que este adquiera la mente de Cristo y tenga los mismos sentimientos que Jesús.
Es pertinente mencionar los dones, frutos, virtudes, carismas, gracias, etc. Que nuestro Dios el ES da al fiel, El lo hace hijo de Dios por medio del bautismo y lo conduce de tal manera que la escritura menciona que todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios, y que no hemos recibido un espíritu de temor sino de fortaleza, de dominio propio y de amor.
Hoy la acción del ES en la Iglesia es de una riqueza extraordinaria, nos presenta a la Virgen María, su esposa como Madre nuestra y como la principal intercesora después de Jesús, nuestro Sumo Sacerdote que intercede por nosotros en todo tiempo, levanta siervos de Dios en todos los ordenes, dentro de los ministerios jerárquicos, de los ministerios carismáticos, de los ministerios de servicio y es quien convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
El fiel esta llamado a vivir de continuo una renovación de la presencia del ES en su vida, ya lo decía el ES por medio del apóstol Pablo a su hijo espiritual Timoteo, obispo de Éfeso, “por eso te recomiendo que reavives el carisma de Dios que esta en ti por medio de la imposición de mis manos”, se refiere acaso al bautismo del ES y fuego, pensaría que si, Juan el Bautista menciono que Jesús bautiza con ES y fuego, así entendemos a los santos en nuestra Iglesia, personas llenas de fe, poder, humildad y verdad que como Jesús pasan haciendo el bien y deshaciendo las obras del diablo, no solo en el ámbito de los exorcistas sino también en la predicación sacando a los hombres del error y conduciéndolos a la Verdad que es Jesús, también estos están marcados por las obras de misericordia, con la luz del evangelio, sin la cual como dice el Papa Francisco, no seríamos mas que una eficaz ONG,  también hace a los creyentes la sal de la tierra, en el ámbito de la política, de la investigación, de la economía, etc. porque es El, el ES quien da a los hombres esa sabiduría que puesta al servicio del prójimo produce el bien, no el mal y que iluminando la conciencia humana, nos conduce a una cultura de la vida y contra una cultura de la muerte, El nos lleva a gritar: ¡no mataras! Y pone a sus hijos contra el aborto, El nos lleva a vivir en su orden de tal manera que declaramos la guerra al pecado, que como virus contamina al hombre y a las sociedades.
El ES también lleva continuamente a los que somos la Iglesia a redescubrir la riqueza de la Palabra de Dios, allí, debemos como dice San Jerónimo entender que el que no conoce la escritura no conoce a Cristo, así mismo renueva a la Iglesia por medio del ministerio de sus apóstoles.
Durante toda la vida de la Iglesia el busca almas santas en las cuales vivir y así hacer de estos creyentes obedientes siervos de Dios. Nos alegramos de ver esa obra maravillosa al leer lo escrito por la apóstol de la Misericordia Sor Faustina o escrutar la enseñanza ignaciana en cuanto al discernimiento espiritual tan olvidado hoy, o leer a Teresa de Jesús que nos indica la sendas para ir por las moradas que nos llevan al Monte de Dios. Pero estos temas maravillosos ¿son para nosotros? Si, la llamada es para todos por eso mediante la acción del ES debemos añadir a nuestra fe, la virtud, a la virtud, conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia, a la paciencia la piedad, a la piedad el amor fraterno y al amor fraterno la caridad, pues como dice el ES, quien no tenga estas cosas, es ciego y corto de vista. Pidamos al Padre que nos de el ES, pero pidamos sin dudar y superando cualquier miedo que paraliza al creyente, y cualquier forma de incredulidad que desagrada a Dios, y el nos dará sus gracias para vivir cumpliendo sus mandamientos, recibir sus promesas y ser una bendición.
Hector Yepez F.
Presidente MFC Guayaquil


1 comentario:

Mappy dijo...

Yo creo, pero necesito aumentar mi Fe. Acuerdense del sur!!!! Por aca los sabados para escrudiniar las escrituras.
Un abrazo.